viernes, 29 de octubre de 2010


El Imbunche
Se dice que cuando los brujos necesitan de un cuidador para su cueva, raptan al primogénito de alguna familia. También se cree que muchas veces es el mismo padre quien vende al niño o lo regala, a cambio de favores de parte de los brujos.
Este niño es el Imbunche (también conocido como Ivunche, Invunche , Vuta Macho, Machucho o Chivato de la Cueva), a quien los hechiceros deforman quebrándole una pierna, la que luego le tuercen sobre su espalda. También le doblan la cabeza hacia atrás y sus orejas, boca, nariz y dedos son torcidos igualmente. Además, le aplican sobre su espalda un ungüento que le hace crecer un pelo grueso.
Para caminar se apoya en su pierna buena y en sus dos brazos y manos, por lo que se dice que anda en tres patas. El Imbunche no puede hablar y sólo emite sonidos guturales y desagradables parecidos al balar de un chivo. Además, los brujos le parten la lengua en dos, para que no pueda revelar los secretos de su secta; existen historias sobre imbunches que lloran bajo la Luna, como si 
recordaran a su familia.
Durante el período de lactancia es alimentado con leche de gata negra (mujer india). Después con carne de cabrito (niños de corta edad) y, a partir de la juventud, de carne de chivo (carne de adulto). Los alimentos deben serle servidos sólo por los brujos.
Su función es proteger la entrada de la Cueva de los Brujos, participar en algunos rituales y arbitrar como un patriarca en algunos juicios.
Si bien debe permanecer en su puesto, en ocasiones el Invunche sale, cuando escasea el alimento o cuando los brujos lo utilizan como un asesino a larga distancia para aquellos que se atreven a interponerse en el camino de los hechiceros.

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